La Reina de Saba es conocida en el texto bíblico por haber viajado una gran distancia para conocer personalmente al rey Salomón y verificar si los informes sobre él eran verdaderos.
Su historia está contada en el capítulo 10 del libro de 1 Reyes.
Esta reina llegó a Israel con un gran séquito, llevando muchos camellos cargados con valiosos regalos que serían entregados a Salomón.
Frente a Salomón, la reina hizo varias preguntas.
Eran enigmas que buscaban poner a prueba la sabiduría de Salomón.
Salomón respondió sabiamente a todas ellas, de manera que la reina quedó satisfecha y admirada por su sabiduría.
También quedó impresionada por el palacio y la variedad de alimentos que se servían en la mesa del rey.
La arquitectura, los muebles del palacio y la organización del reino impresionaron a la reina. Confirmó todo lo que había escuchado sobre Salomón con sus propios ojos.